Al escribir la frase “Cuando los consejos tengan sabor a vino será más facil tomarlos” me dejó pensando el trasfondo de este tipo de sabiduría popular callejera, hay versiones de ésta frase con cuanto licor pueda usted imaginar en el planeta, por lo que es una de esas frases de sabiduría colectiva que a través de la comicidad esconden la realidad.

La realidad es que después de tomar una o dos copas de vino (o licor de su preferencia), como consecuencia del alcohol nos relajamos un poco, lo cual provoca que tengamos la mente más tranquila y seamos más dóciles a las ideas externas. Por otro lado, si esas dos copitas se convierten en la mitad de la botella o más, es probable que te pongas necio y/o terco acerca de todo, así que es buena idea cuidar cuanto tomás antes de dar o recibir consejos.

El vino (con moderación) por otro lado enriquece la plática precisamente al relajarse uno y ser más abierto a platicar diferentes ideas y conversar acerca de cualquier cosa agradable.

El truco está en llevarla con calma, tanto la tomadera como la plática, para que dure más, sea más interesante y lo más importante, que se repita.

DSM